DELIRIO DE NUEVA YORK - REM KOOLHAAS
Publicado en 1978, escrito por el arquitecto Rem Koolhaas, es una
investigación histórica. A lo largo del mismo, el autor ofrece una mirada
distinta de la que acostumbramos a recoger de la ciudad de la Gran Manzana, una
mirada que trata de comprender la ciudad, antes de intentar darle forma.
Tal como sugiere el título, el análisis toma la forma del
manifiesto, donde la reflexión y la investigación se unen y potencian. Por otra
parte, sugiere la forma-tipo de consignas breves, muy característica en el
comienzo de las vanguardias de principios del s. xx, por lo que parece cuerdo
concebir una inspiración surrealista, vanguardia en la cual Manhattan parece
encontrar su materialización. “Manhattan
es un contra París, un anti-Londres”, en otras palabras, es un caso
especial, o una lectura paralela de la nueva corriente conocida como
Arquitectura Moderna y todo lo que ésta arrastra (CIAM), donde se concreta el
surrealismo, pero éste tiene la ventaja de ser popular.
La investigación de este libro explica cómo durante el periodo
entre guerras la sociedad neoyorquina tuvo un gran entusiasmo por la
metropolización, exigiendo nuevas e inclusive descabelladas demandas, ante las
cuales los arquitectos respondieron con virtuosismo.
Mediante hechos, fotografías, mapas y dibujos, Koolhaas irá
interpretando las ‘piezas’ del puzzle que hacen que Manhattan sea a la vez que
popular y surrealista, real. De ahí que el arquitecto sugiere que Manhattan
reúne lo “ambicioso” con lo “popular”, generando una especie de “vanguardia
popular”: el ‘manhattanismo’. Se establecen así estas piezas, porciones o
ámbitos, tales como la referencia a lo popular, el papel de Coney Island -“Coney Island es un Manhattan embrionario”,
el laboratorio donde se descubrió el
irresistible poder de lo sintético, lo simétrico y lo contundente-, en contra posición con la
realización del majestuoso Rockefeller Center y las vergonzosas intimidades del
Radio City, lo que se entendería como el Manhattan adulto, que necesitó ser
visto por ojos europeos antes de reafirmarse a sí mismo; o
los rascacielos, entendidos como una elaboración vertical del parque de
diversiones. Y a pesar de quedar muchas piezas fundamentales por mencionar,
creo que la más relevante es la confrontación entre Le Corbusier y Dali,
haciendo un contraste del manhattanismo con las presentes vanguardias europeas
(haciendo mención al proyecto del arquitecto sueco, el bloque de la ONU, que en
origen se concibe como un elemento anti-Manhattan, pero la presión de la isla
es tal, que acaba absorbiéndolo y convirtiéndolo en un archipiélago más de la
isla).
Es un libro con un objetivo contradictorio: el sentido de que la metrópolis es como un organismo
atrayente y atractivo, del que no hay escapatoria, “cuya existencia, como la de
la Naturaleza que él mismo ha reemplazado, se ha dado por hecho, se ha vuelto
invisible, y es por ello indescriptible”. Curiosamente, este libro lleno de
pequeñas y grandes anécdotas, me ha sorprendido por su grandiosidad, por la
cantidad de variables que maneja a nivel humano y arquitectónico, y por cómo
logra atraerte en determinados puntos y alejarte en otros. Es, además, un libro
de gran ayuda a la hora de proyectar, dado que inspira a todos los niveles,
haciéndonos pensar en lo bueno y lo malo de la forma de vida actual y
pasada, en la forma de intervenir en la
naturaleza y en lo creado por el hombre de cada uno de las posibles personas que
puedan vivirlo. Hace sentirse parte de un todo, y para aquellos que conozcan la
ciudad que nunca duerme, reconocerán en el escrito algunos de los rincones de
la misma y comprenderán del todo su magnificencia.
Un libro ineludible para arquitectos y urbanistas, apasionante
para los amantes de Nueva York y revelador para quienes nos atormenta esta
inabarcable “piedra Roseta del siglo XX”.
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